En Morella una cuidad medieval en la provincia de Castellón, en medio de un entorno imponente, el desaparecido arquitecto Francesc Miralles y Carme Pinós, proyectaron una escuela totalmente encajada en un paisaje escalonado, montañoso, cargado de historia y encanto. El edificio está totalmente fusionado con el relieve agreste, rocoso y armónicamente integrado en la piel de la ciudad y su entorno.
La escuela está situada en un amplio parque, bajo el castillo y consigue encajar vanguardia, modernidad y funcionalidad. La luz es la protagonista interior del edificio, los grandes ventanales permiten su acceso y unas vistas panorámicas a la pintoresca comarca de Els Ports. El edificio consiguió el Premio Nacional de Arquitectura en 1995,